Estamos en una etapa donde la recualificación y el reciclaje de los empleados demanda de programas formativos, que estén a la altura de las necesidades empresariales y de los objetivos profesionales de los trabajadores.
El informe sobre “Formación en el lugar de trabajo” que publicó LinkedIn este año, recoge que la formación es el principal factor propulsor de la cultura empresarial, factor que ocupaba en el año 2019 el noveno puesto. En la actualidad, ofrecer oportunidades de formación y crecimiento en un puesto laboral es determinante debido a que la cultura empresarial es la que promueve la motivación de los empleados. En muchas situaciones, recualificar a un empleado es significativamente más asequible que afrontar un nuevo proceso de captación de talento.
¿Qué motiva a los empleados a aprender? En el informe se identifica una diferencia generacional entre aquellos trabajadores menores y mayores de 35 años. De modo que, los jóvenes adultos menores a 35 años argumentan que la formación tiene como finalidad su desarrollo profesional. Mientras que los mayores de 35 años, ven como prioridad mantenerse informados en su sector de actividad, es decir, no quedarse atrás en su ámbito de trabajo.
Ahora que tenemos identificado que incita a los empleados a aprender, te contamos cómo hacemos en The Academy para conseguir que disfruten de cada etapa del proceso formativo.
El contenido del plan formativo
«Si algo no me importa, no me acordaré. Y, si no me acuerdo, seguro que
no lo voy a poner en práctica» Workplace Learning Report
Desarrollar contenidos para los planes formativos de los trabajadores no es una tarea sencilla. El itinerario debe reflejar el punto donde confluyen los intereses personales, de desarrollo de cada integrante, del grupo en conjunto y del negocio.
Como empresa relacionada a la enseñanza y con más de 50 años de experiencia, somos conscientes que el enfoque sistemático durante el abordaje del problema formativo al que nos enfrentamos ofrece mayores y mejores resultados. Entender el contexto e identificar los puntos claves particulares a cada situación nos permite establecer un itinerario de aprendizaje inicial centrado en el empleado. Sin olvidar, el fin último de la formación: aumentar la eficacia y la eficiencia en la gestión de las actividades internas de la empresa.
En este sentido, la mejor manera de conocer estos datos es a través de la comunicación. Tener un espacio donde ambas partes comparten intereses, objetivos e inquietudes favorece la detección de estos objetivos comunes.
La personalización debe estar presente en cada fase del diseño, respetando el nivel (directivo, técnico, comercial) y área de trabajo de los participantes (recursos humanos, finanzas, marketing, atención al cliente, entre otros). Con lo anterior en mente, aquí te dejamos algunos de los puntos a personalizar:
La estructura del plan formativo
Todos conocemos que no hay nada más gratificante que ver los frutos de nuestros esfuerzos. Ese sentimiento valida nuestras acciones y nos impulsa a continuar mejorando.
Para cumplir con este propósito, la estructura formativa debe estar guiada por metas inteligentes o SMART (del acrónimo en inglés: Specific, Measurable, Achievable, Relevant, Time based). A continuación se explican en detalle estos criterios y cómo en The Academy los implementamos en nuestros programas educativos:
- metas específicas. En nuestros cursos se establece desde el comienzo lo que se espera del alumno en todos los niveles, ya sea en cuanto a una unidad formativa, de una actividad en concreto o de una evaluación.
- metas medibles. En The Academy establecemos los indicadores adecuados para cada situación, teniendo en cuenta no solo lo meramente académico, sino también la parte emocional del aprendizaje.
- metas alcanzables. Somos realistas con la situación particular y grupal de los estudiantes. Lo que pedimos debe estar a la altura de lo que damos.
- metas relevantes. Dotar de utilidad cada objetivo que se plantea, justificando y explicando la importancia de su aprendizaje.
- metas con límite de tiempo. Los profesionales de The Academy trabajan con planes de acción que ayudan a organizar y distribuir de manera flexible los objetivos en cada nivel.
La vía de comunicación durante la formación
Mantener la atención y concentración del grupo durante el proceso formativo no solo es consecuencia de tener un plan formativo atractivo, con contenidos acordes a los intereses de los participantes, sino que también, juega un rol muy importante las actividades que lo componen y la forma de comunicarlas.
No se implementarán las mismas herramientas para un itinerario online que para uno presencial o uno híbrido. Hacer uso de diversas técnicas, acordes a cada modalidad y necesidad del grupo formativo, es fundamental a la hora de captar la atención del alumnado. En The Academy contamos con varios tipos de recursos didácticos que se utilizan en formato audio, vídeo, imagen o en soporte físico.
Además, el profesorado encargado de guiar el curso tiene un papel principal en promover el interés. En particular, el responsable debe ser consciente de que su función es clave en promover la integración de los profesionales en su puesto de trabajo, generando dinámicas que fomenten el aprendizaje colaborativo. En este sentido, nuestros profesionales están altamente cualificados para brindar un enfoque cooperativo en cada formación.
Lo más conveniente es crear una sinergia entre el temario, el profesorado que lo imparte y la modalidad con la que se presentan los conocimientos. Todo ello hace que cada itinerario formativo sea único.
Durante el diseño del cómo se deben tener en cuenta:
- Utilizar las herramientas y técnicas acordes a cada modalidad de impartición.
- Configurar a medida la necesidad de actividades grupales o individuales.
- Determinar el sistema necesario de evaluación y ponderación de las actividades.
- Configurar el tiempo total necesario para completar la formación ofreciendo flexibilidad.
Evaluar, orientar y asesorar el trabajo individualmente.
Otro factor implicado en mantener el estímulo durante el proceso de aprendizaje es el acompañamiento por un tutor o responsable. Esta clave se hace aún más necesaria cuando se utilizan los entornos virtuales para la enseñanza. Establecer vías de comunicación para evaluar el desempeño del alumno/a y orientarle hacia sus objetivos requiere del uso de indicadores. Recopilar, analizar y supervisar el desarrollo de la formación ayuda a entender el progreso de cada alumno para poder actuar en consecuencia.
No todos los itinerarios formativos requieren la supervisión de los mismos indicadores de formación, ya que la elección de unos u otros dependerá del tipo de grupo (técnico, comercial, directivo), de la modalidad de la aplicación de la formación, y de la meta final a alcanzar.
En general, es conveniente implementar al plan de seguimiento:
- Sesiones de tutorización individual donde se trabajen necesidades específicas.
- Sistemas de mensajes que inciten al estudiante a actuar, que certifiquen y reconozcan los logros obtenidos.
- Empleo de recordatorios, que pueden usarse para impulsar aquellos esfuerzos de última hora.
Una estrategia de progreso
Hasta ahora hemos hablado de los componentes que están implicados en mantener la motivación durante el programa formativo. Sin embargo, no debemos olvidar que las formaciones son parte de un plan estratégico de empresa que engloba objetivos a largo plazo y, por lo tanto, la consecución de dicha formación será la puerta que conduce a nuevas y mejores oportunidades.
En este sentido, en The Academy apostamos por la mejora continua, planificando los cursos, teniendo en cuenta el desarrollo profesional futuro del empleado. De esta manera contribuimos ofreciendo la oportunidad de avanzar en su carrera de manera continua.